Discapacidad Intelectual


DISCAPACIDAD INTELECTUAL.


1. CONCEPTO.

El DSM define el retraso mental como un trastorno de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia. Sus criterios de diagnóstico son tres, y son los siguientes:
·         Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio.
·         Déficit o alteraciones de ocurrencia en la actividad adaptativa actual en por lo menos dos áreas.

Ø  ¿Qué es la actividad o conducta adaptativa?
Se refiere a la eficacia de la persona para satisfacer las exigencias planteadas para su edad y su grupo cultural. Sus áreas básicas son la comunicación personal, la vida doméstica, las habilidades sociales-interpersonales, la utilización de recursos comunitarios, el autocontrol, las habilidades académicas funcionales, el trabajo, el ocio, la salud, y la seguridad.

  • El inicio es anterior a los 18 años.
Ø  ¿Por qué se especifica que el inicio es anterior a los 18 años?
Se sabe que el desarrollo cerebral humano se prolonga hasta pasados los veinte años de edad. Durante la adolescencia se desarrolla la mayor parte de las bases neurológicas de la capacidad de autocontrolar la propia conducta y diferir la obtención de recompensas. Debido a esto, pueden existir daños neurológicos en estas edades que, dando lugar a déficit y disfunciones, son diferentes al “retraso mental”.

2.CLASIFICACIÓN.

-        Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50-55.
-        Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40.
-          Retraso mental profundo: CI inferior a 20-25.
-         Retraso mental de gravedad no especificada: Cuando existe clara presunción de retraso mental, pero la inteligencia del sujeto no puede ser evaluada mediante los test usuales.

2.1. Características del Retraso Mental Leve.
Este retraso se considera pedagógicamente educable, e incluye a la mayoría de las personas afectadas por el trastorno.
Estas personas suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años prescolares,
tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensoriomotoras, y no suelen ser distinguibles de otros niños/as sin retraso mental hasta edades posteriores. Finalizando su adolescencia, pueden adquirir conocimientos académicos que les sitúan más o menos en un sexto curso de enseñanza básica. Durante su vida adulta, adquieren habilidades sociales y laborales adecuadas para una mínima autonomía. Además, contando con apoyos adecuados, estas personas acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad.

2.2. Características del Retraso Mental Moderado.
Este grupo, pedagógicamente se considera adiestrable e incluye alrededor del 10% de toda la población con retraso mental.
Estas personas suelen adquirir habilidades de comunicación durante los primeros años de la niñez, además pueden aprovecharse de una formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. También pueden, beneficiarse de un adiestramiento en habilidades sociales y laborales, pero en la escuela probablemente no pasarán del segundo nivel, y aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. Durante la adolescencia, tienen dificultades para reconocer las convenciones sociales. Cuando son adultos, son capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados con supervisión, y se adaptan bien a la vida en comunidad.

2.3. Características del Retraso Mental Grave.
Este grupo, incluye entre el 3% y el 4% de la población con retraso mental.
Durante los primeros años de la niñez, estas personas, adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo, y durante la edad escolar, pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. En sus vidas adultas, pueden ser capaces de realizar tareas simples estrechamente supervisados en instituciones, y la mayoría, se adaptan bien a la vida en comunidad.

2.4. Características del Retraso Mental Profundo.
Este grupo incluye entre el 1% y el 2% de la población con retraso mental, y este diagnóstico puede estar relacionado con una enfermedad neurológica identificada que explica su retraso mental.
Durante la niñez, desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensoriomotor. El desarrollo motor y las habilidades para comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento adecuado. Algunas de estas personas llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente supervisados.
3.OTROS MODELOS QUE EXPLICAN LA DISCAPACIDAD INTELECTUAL.


3.1. El modelo de 1992 de la A.M.M.R.

En 1992, la “American Association on Mental Retardation” plantea un nuevo modelo conceptual sobre el retraso mental, dirigido por Ruth Luckasson. Este modelo es ecológico y contextual, ya que se considera el retraso mental como el resultado de la interacción entre el individuo y su entorno. Además, se mantienen los tres criterios básicos de diagnóstico establecidos por el DSM, pero se añaden cinco premisas para su aplicación. Estas premisas son las siguientes:
- Premisa 1: Las limitaciones en el funcionamiento del individuo deben considerarse en el contexto de los ambientes comunitarios típicos de sus iguales en edad y cultura.
- Premisa 2: Una evaluación válida ha de tener en cuenta la diversidad cultural y lingüística, así como las diferencias en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y
comportamentales.
- Premisa 3: Las limitaciones a menudo coexisten con capacidades.
- Premisa 4: La descripción de limitaciones debe orientarse a desarrollar un perfil de los apoyos necesarios.
- Premisa 5: Si se ofrecen los apoyos personalizados apropiados durante un periodo prolongado, el funcionamiento en la vida de la persona con retraso mental generalmente mejorará.
Este nuevo modelo desarrolla un concepto del retraso mental en el que el funcionamiento individual se considera desde una perspectiva multidimensional e interactiva, como algo determinado por la interacción entre cinco grandes dimensiones y los apoyos que se reciben.


Dimensión 1: Habilidades intelectuales. Déficit significativo en el desarrollo de las habilidades de razonamiento, planificación, resolución de problemas, aprendizaje de la experiencia, pensamiento abstracto.
Dimensión 2: Conducta adaptativa. Déficit significativo en el desarrollo de las habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas.
Dimensión 3: Salud física y mental. Condiciones relativas al estado de bienestar físico, psíquico y social del individuo, que influye de forma determinante en el funcionamiento del individuo, actuando como un factor facilitador o inhibidor del mismo,
Dimensión 4: Participación, interacción, roles. Interacciones del individuo con los demás y roles sociales que desempeña, teniendo en cuenta las oportunidades y las restricciones que le rodean.
Dimensión 5: Contexto. Condiciones microsociales, mesosociales y macrosociales en las que la persona vive y se desarrolla diariamente, por lo que el funcionamiento y la discapacidad no pueden definirse sin tener expresamente en cuenta el modo en que éstos favorecen o dificultan el primero.
Como complemento de todo lo dicho anteriormente, se plantea un sistema de clasificación dimensional, basado en los apoyos que precisa el individuo. Estos apoyos pueden ser: intermitentes, que son apoyos ocasionales y más o menos breves, de alta o baja intensidad; limitados, que son apoyos continuados durante un período de tiempo dado; extensos, que son apoyos continuados en uno o más contextos, sin limitación temporal; o generalizados, que son apoyos constantes y de alta intensidad en mayor parte de los contextos.



3.2. Tendencias actuales.
- En 2001 la OMS adopta un enfoque interactivo y propone utilizar la denominación discapacidad intelectual. La AAMR sigue este modelo y pasa a llamarse Asociación Americana sobre Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD), y en 2010 publica una revisión y actualización de su modelo, dirigida por Robert Schalock, siendo justificado el cambio de denominación de retraso mental por discapacidad intelectual porque evidencia el constructo socioecológico de discapacidad, se alinea mejor con las prácticas profesionales actuales, proporciona una base lógica para proporcionar apoyos individualizados, es menos ofensivo para las personas con esa discapacidad, y es más consistente con la terminología internacional.
- El modelo socioecológico de la discapacidad, explica la discapacidad en términos de expresión de las limitaciones en el funcionamiento intelectual dentro de un contexto social; visión de las personas con discapacidad intelectual con un origen en factores orgánicos y/o sociales; y en el entendimiento de que estos factores orgánicos y sociales causan limitaciones funcionales que reflejan una falta de habilidad o restringen el funcionamiento personal y el desempeño de roles y tareas esperadas en un ambiente social. Este enfoque destaca la interacción entre la persona y su ambiente, se aleja de la explicación defectológica, destaca el papel que los apoyos juegan en la mejora del funcionamiento individual y permite la búsqueda y comprensión de la identidad de la discapacidad.
- La explicación multifactorial asume que la etiología de la discapacidad intelectual incluye factores orgánicos y ambientales que pueden ser prenatales, perinatales y postnatales.
- Definición operativa y definición constitucional. Una definición operativa establece los límites del término y separa lo que está incluido dentro del mismo de lo que está fuera; además, para definir la discapacidad intelectual incluye la definición actual y las premisas subyacentes, los límites del constructo, y el uso del concepto estadístico de “error típico de medida”. Una definición constitutiva define el constructo en relación con otros constructos, y ayuda a comprender mejor los fundamentos teóricos del constructo; además, define la discapacidad intelectual como la condición en términos de limitaciones en el funcionamiento humano.
         
        4.ASPECTOS DIFERENCIALES EN EL DESARROLLO.
4.1. Rasgos generales del desarrollo.
Comenzaremos numerando algunos rasgos generales que tienden a ser comunes en todos los casos de discapacidad intelectual:
Ø  Retraso en el desarrollo: las personas con discapacidad intelectual recorren las etapas del desarrollo evolutivo de forma más lenta, mostrando por ello un desfase cronológico en la adquisición de las diferentes capacidades.
Ø  Desarrollo incompleto: la mayoría de las personas con discapacidad intelectual no llegan a alcanzar el desarrollo completo de las diferentes etapas evolutivas, de modo que dan la impresión de mostrar lagunas y carencias en distintos aspectos, incluso en la edad adulta.
Ø  Heterocronía del desarrollo: las personas con discapacidad intelectual tienden a mostrar en cada fase evolutiva desniveles mucho más acusados de lo habitual en el grado de desarrollo alcanzado en diferentes capacidades. Hay diferentes “edades mentales” según el aspecto del desarrollo que consideremos.
Ø  Déficit de integración funcional: En el desarrollo normal, las diferentes capacidades se van diferenciando poco a poco pero al mismo tiempo se van integrando funcionalmente. En las personas con discapacidad intelectual, este proceso no se produce en el mismo grado ni con la misma velocidad, por lo que suelen mostrar una alta desagregación de sus capacidades.
4.2. Desarrollo en la discapacidad intelectual profunda.
Las personas con discapacidad intelectual profunda tienen una nula o muy baja autonomía.
En el desarrollo de las habilidades corporales podemos observar un precario estado de salud e importantes anomalías a nivel anatómico y fisiológico.
En el desarrollo motor observamos un desvío de la norma, y graves dificultades motrices (no abolición de algunos movimientos reflejos, alteraciones del tono muscular, escasa movilidad voluntaria, dificultad para situarse en el espacio y en el tiempo, etc.).
Respecto a las habilidades cognitivas, estas personas presentan un bajo nivel de conciencia, un limitado nivel de percepción sensorial global, y la capacidad de reacción ante estímulos sensoriales muy contrastados.
En relación a las habilidades lingüísticas y comunicativas, estas personas tienden a tener una nula o escasa intencionalidad comunicativa, a veces reconocen señales anticipatorias, muestran ausencia en el habla, pueden llegar a comprender sencillas y contextualizadas órdenes, pero no llegan a adquirir la simbolización.
En las habilidades de equilibrio personal, podemos observar un limitado desarrollo emocional, un escaso control de impulsos, un repertorio de intereses muy restringido y unas conductas desadaptadas consigo mismo.
Por último, respecto a la actuación e inserción social, este tipo de personas tienen una limitada conciencia de sí mismo y de los demás, y un nulo o reducido interés por las interacciones.
4.3. Desarrollo en la discapacidad intelectual grave.
Las personas con discapacidad intelectual grave llevan a cabo un proceso lento a la hora de adquirir destrezas motrices y manipulativas necesarias para el desarrollo de hábitos de autonomía; y poseen una escasa conciencia de sensaciones relacionadas con la higiene y el aseo personal.
En el desarrollo de las habilidades corporales se puede observar que las personas que poseen este tipo de discapacidad pueden llegar a relacionarse con metabolopatías y alteraciones prenatales o perinatales.
Podemos decir que existe una lentitud en el desarrollo motor que se manifiesta aportando dificultades para, la adquisición de la conciencia sobre sí mismo, el conocimiento y control del propio cuerpo, la adquisición de destrezas motrices complejas, controlar la postura y el equilibrio en los desplazamientos, y realizar movimientos manipulativos elementales.
Respecto a las habilidades cognitivas debemos decir que existen, distintos grados de retraso/trastorno, dificultades para la simbolización, alteraciones de las funciones metacognitivas, problemas de anticipación de consecuencias y asociación causa-efecto, dificultades para aprender a partir de experiencias, y dificultades para generalizar los aprendizajes.
En el desarrollo lingüístico y comunicativo existe un retraso en la adquisición del lenguaje, se emiten tarde las primeras palabras, no llega a completarse el desarrollo fonológico, se muestran dificultades para la morfosintaxis, retraso y lentitud en la adquisición del léxico, y en algunos casos, no se adquiere un lenguaje oral funcional.
Observamos, en el desarrollo del equilibrio personal, la pasividad y dependencia de la persona adulta, un limitado control de impulsos, una baja tolerancia de la frustración, la posible presencia de conductas autolesivas o comportamientos estereotipados, la dificultad para adaptarse a nuevas situaciones, un bajo nivel de autoestima y de confianza en sí mismo, y un gran negativismo.
Por último, respecto a la actuación e inserción social, podemos observar una escasa iniciativa en las interacciones, gran dependencia de la persona adulta, dificultades de adaptación a personas desconocidas, y dificultades para el aprendizaje espontáneo de habilidades sociales.
4.4. Desarrollo en la discapacidad intelectual moderada.
En el desarrollo de la autonomía de niños y niñas con discapacidad intelectual moderada, el adulto es quien guía al niño/a en la mayor parte de las actividades cotidianas, y se hace visible la restricción de las relaciones sociales. Además, alcanzan un grado variable de autonomía en el cuidado personal y en actividades de la vida cotidiana; pueden darse problemas emocionales y rasgos negativos en la personalidad; en situaciones que les resultan adversas pueden generar conflictos debido a la escasez del autocontrol; y, muestran dificultades para la interiorización de convenciones sociales.
En el desarrollo comunicativo, la adquisición del lenguaje oral sigue las etapas del desarrollo normal pero es bastante lenta e incompleta. También, estos niños/as, muestran dificultades articulatorias, y una frecuente afectación en el ritmo del habla y en la claridad del discurso; tienen dificultades para la adquisición y uso de categorías morfológicas y gramaticales; muestran producciones de complejidad y longitud reducidas en el plano sintáctico; compensan la dificultad de comprensión, recurriendo al contexto extralingüístico; se muestran inhibidos a la hora de usar el lenguaje oral; y, con frecuencia adquieren niveles básicos de lectoescritura.
Respecto al desarrollo motor, podemos observar ligeros déficits sensoriales y/o motores, y una mayor posibilidad de asociación a síndromes.
Por último, en el desarrollo de habilidades cognitivas observamos déficits en funciones cognitivas básicas, dificultades para captar su interés por las tareas y para ampliar su repertorio de intereses, dificultades para acceder a información de carácter complejo, dificultades para el acceso a la simbolización, posibilidad de aprendizajes que supongan procesamiento secuencial, y posibilidad de aprendizajes concretos y de su generalización a situaciones contextualizadas.
4.5. Desarrollo en la discapacidad intelectual leve.
En el desarrollo cognitivo de los niños y niñas con discapacidad intelectual leve podemos observar una menor eficiencia en los procesos de control atencional, el uso de estrategias de memorización y recuperación de información, y en el desarrollo de las habilidades metacognitivas, y un déficit específico de simbolización. También, se observan dificultades para discriminar los aspectos relevantes de la información y, dificultades para extraer principios y generalizar los aprendizajes.
Por otro lado, en el desarrollo comunicativo observamos que se lleva a cabo un desarrollo muy cercano al normal, aunque con algunas restricciones. Además, desarrollan el lenguaje oral siguiendo las pautas evolutivas generales, aunque con retraso en su adquisición; muestran lentitud en el desarrollo de habilidades lingüísticas relacionadas con el discurso, y de habilidades pragmáticas avanzadas o conversacionales; muestran dificultades en la comprensión y expresión de estructuras morfosintácticas complejas y del lenguaje figurativo; y se observan posibles dificultades en los procesos de análisis/síntesis de adquisición de la lectoescritura, y en la comprensión de textos complejos.
Respecto, al desarrollo motor, estas personas no se suelen diferenciar de sus iguales por los rasgos físicos, y tienen ligeros déficit sensoriales y/o motores.
Por último, llegan a alcanzar una completa autonomía para el cuidado personal y en actividades de la vida diaria, se implican de forma efectiva en tareas adecuadas a sus posibilidades, falta de iniciativa y dependencia de la persona adulta, y en situaciones no controladas puede darse inadaptación emocional y respuestas impulsivas o disruptivas.  

5.NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES MÁS FRECUENTES.
5.1.  Necesidades educativas especiales según el grado de la discapacidad intelectual.
Las necesidades educativas especiales que requieren las personas con discapacidad intelectual según el grado que tengan son las siguientes:
-          Discapacidad intelectual profunda: en el ámbito corporal necesitan una atención médico-farmacológica, y cuidados en relación a enfermedades frecuentes; en lenguaje y comunicación necesitan respuestas a las señales que emiten, y claves o ayudas del medio para favorecer la comprensión de mensajes y situaciones; para el desarrollo motor necesitan de un tratamiento de fisioterapia, cambios posturales en personas con escasa o nula movilidad voluntaria, e hidroterapia para facilitar movimientos y sensaciones; para desarrollar la autonomía necesitan de una supervisión y ayuda permanente en todos los aspectos relacionados con la autonomía personal y el autocuidado, y demandan cuidados físicos en el aseo, higiene personal, alimentación, etc.; para el desarrollo de habilidades cognitivas necesitan una estimulación sensorial, y una estimulación basal; en el ámbito del equilibrio personal, debemos proporcionarles seguridad, afecto y confianza, a través de un clima que facilite su bienestar afectivo y sensorial, y debemos establecer vínculos positivos que impliquen actitudes de afecto y respeto hacia el niño/a; por último, para la actuación e inserción social, debemos aprovechar y crear situaciones reales de interacción en todas las actividades habituales.
-          Discapacidad intelectual grave: desarrollar distintas habilidades propias de la motricidad general y fina siguiendo las pautas evolutivas; en el ámbito corporal, se deben atender los posibles cambios que tengan lugar en la salud del sujeto; para conseguir el desarrollo de la autonomía en los niños/as debemos ayudarles en la adquisición de habilidades relacionadas con las necesidades básicas de aseo, higiene, vestido, alimentación,… estableciendo rutinas y técnicas, y desarrollar la percepción de sensaciones corporales relacionadas con el aseo y la higiene personal; respecto al desarrollo cognitivo, tenemos que tener en cuenta el desarrollo de habilidades básicas de percepción, atención y memoria, establecer relaciones causa-efecto, desarrollar las capacidades de anticipación y predicción, y poner en marcha estrategias de generalización de los aprendizajes; para lograr el equilibrio personal en estas personas debemos, lograr que tengan una percepción de sí mismos como una persona diferenciada del otro, establecer vínculos positivos con las personas significativas, desarrollar sentimientos de autoeficacia, confianza en sí mismo, y mejora de la autoestima, desarrollo de habilidades comunicativas alternativas a conductas disruptivas, y de la capacidad de elección; para lograr su inserción social deben participar de forma activa en diferentes situaciones de interacción con personas adultas y con iguales, desarrollar habilidades sociales adaptadas a estas situaciones, y desarrollar habilidades de autocompetencia e independencia personal; y, por último, respecto al lenguaje y a la comunicación, hay que ayudarles a desarrollar habilidades de comunicación que potencien los aspectos pragmáticos, desarrollar aspectos semánticos y morfosintácticos, y a aprenden un sistema aumentativo o alternativo de comunicación.
-          Discapacidad intelectual moderada: para desarrollar la autonomía se requiere de programas específicos y funcionales, control de las condiciones ambientales para facilitar la adaptación, empleo de técnicas de modificación de conductas, sintonía emocional y adecuado nivel de exigencia, el aprendizaje y puesta en práctica de los usos sociales propios, y la búsqueda de actividades y entornos; respecto al desarrollo cognitivo, se incluyen los ajustes de los elementos curriculares, el diseño y disposición intencional de los contenidos y condiciones de aprendizaje, partir de los intereses y preferencias de cada uno, emplear técnicas de secuenciación, modelado y encadenamiento, usar estrategias de ayuda y recursos intuitivos, secuenciales y sensoriales, y aprender rutinas y habilidades concretas en sus entornos naturales; y , por último, en el ámbito lingüístico y comunicativo se deben emplear estrategias que favorezcan el desarrollo lingüístico, facilitar medios gráficos y gestuales, usar sistemas aumentativos de comunicación, aprender a leer por medio de métodos globales de la palabra, emplear técnicas de lectura funcional, estimular el desarrollo del lenguaje oral, atención directa por parte del docente de audición y lenguaje, y utilizar mecanismos de ajuste.
-          Discapacidad intelectual leve: para desarrollar la autonomía precisan de programas específicos para aprender habilidades concretas, de propiciar condiciones adecuadas en ambientes, situaciones y actividades, la evitación de la sobreprotección, la búsqueda de entornos sociales para una participación efectiva, y de la mediación de la persona adulta; para el desarrollo de habilidades cognitivas se necesita realizar los ajustes precisos del currículo ordinario, facilitar la discriminación y el acceso a los núcleos de aprendizaje, partir de lo concreto, y asegurar el éxito en las tareas, y dar al alumno/a la ayuda que necesite; por último, respecto al desarrollo lingüístico y comunicativo, se deben utilizar mecanismos de ajuste adecuados al nivel de desarrollo, emplear estrategias que favorezcan el desarrollo lingüístico, utilizar sistemas de facilitación, practicar y aplicar sistemáticamente los giros, construcciones, etc., trabajar los procesos de análisis/síntesis, y primar el enfoque comprensivo frente al mecánico.
5.2.  Necesidades educativas especiales en las diferentes dimensiones.
  1. Necesidades derivadas del funcionamiento intelectual: son las necesidades derivadas de las características de la inteligencia conceptual. El funcionamiento intelectual del alumnado con discapacidad intelectual puede caracterizarse por la alteración de la atención y la memoria, el control conductual y la metacognición, y el procesamiento de la información.
  2. Necesidades derivadas de las habilidades adaptativas: habilidades implicadas en el cuidado e higiene personal, habilidades sociales, habilidades de vida en el hogar, habilidades de autodeterminación, habilidades de comunicación, habilidades para la utilización de la comunidad, habilidades de salud y seguridad, habilidades de ocio y tiempo libre, habilidades académicas funciones, y habilidades de trabajo.
  3. Necesidades derivadas de la participación, interacción y roles sociales: con esto nos referimos a la implicación e interacción del alumno/a y a la ejecución de tareas en situaciones de la vida real.
  4. Necesidades derivadas de la salud: debemos tener muy en cuenta los apoyos emocionales que este alumnado necesita, la dificultad de reconocer y describir los síntomas que indican un problema de salud, la ausencia de cooperación en el examen físico, la presencia de problemas múltiples de salud, y la influencia de alteraciones previas.
  5. Necesidades derivadas del contexto: se deben ofrecer oportunidades de compartir los lugares habituales que definen la vida en comunidad, experimentar la autonomía, aprender y llevar a cabo actividades funcionales y significativas, percibir que se ocupa un lugar válido en la comunidad, y participar en la comunidad.

6.INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN LA ESCUELA.
6.1. Principios generales de intervención.
ü  Educación temprana: el niño con discapacidad intelectual precisa una estimulación reforzada durante toda su infancia y juventud. Esa estimulación debe comenzar cuanto antes. Esta educación temprana debe adoptar un modelo denominado enriquecimiento parental que ha de centrarse en las necesidades, aspiraciones, proyectos y prioridades identificados por la familia, promover la competencia de la familia para movilizar sus recursos, fortalecer las redes de apoyo social mutuo y potenciar el uso de los recursos existentes, y tener como objetivo potenciar la capacidad familiar de ser autosuficientes.
ü  Mediación reforzada: el desarrollo y el aprendizaje del niño/a con discapacidad intelectual precisan que todo el conjunto de sus entornos de desarrollo se organicen para maximizar el tipo de experiencia que se ha descrito como mediación social o andamiaje. No sólo las actividades específicamente educativas, sino toda la experiencia social y familiar del niño, deben sistematizarse para proporcionarle ese tipo de experiencia.
6.2. Áreas prioritarias de actuación.
v  Habilidades cognitivas: hay que reforzar la memoria a corto plazo y a largo plazo, el control y sostenimiento de la atención y el desarrollo de las habilidades y estrategias para la recogida y elaboración de información, y la emisión de la respuesta.
v  Habilidades comunicativas: es importante el trabajo continuado y sistemático de estimulación del lenguaje. En la educación temprana es necesario esforzarse por crear un clima emocional positivo y cálido y fomentar la comunicación funcional por todos los medios, verbales y no verbales. La educación de la comunicación verbal es prioritaria en toda la escolaridad, integrando la estimulación del lenguaje de forma transversal en todas las actividades. La educación verbal general debe ser complementada con una intervención logopédica adecuada a las necesidades individuales, pero teniendo bien claro que son elementos educativos complementarios.
v  Habilidades adaptativas: respecto a las habilidades de autonomía personal, deben enseñarse de forma activa con modelos didácticos naturalistas y contextualizados. El objetivo es proporcionar experiencias que den la oportunidad de desarrollar la autonomía, respetando el ritmo y modos de aprendizaje del niño/a en los contextos y situaciones vitales habituales. Las habilidades sociales deben ser promovidas activamente en las personas con discapacidad intelectual a un nivel de prioridad equivalente al de las habilidades cognitivas. Las habilidades académicas funcionales parten de la consecución de los instrumentos de la lengua escrita y el cálculo.

7.INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN LA FAMILIA.
En casa o en familia no hay que buscar responsabilidades unos en otros, sino colaborar. Además, los profesionales de la escuela están para ayudar, no para culpabilizar.
El entorno educativo familiar permite dotar a los aprendizajes de un mayor significado y funcionalidad, permite optimizar el aprendizaje escolar y facilita mejor su generalización. La colaboración de la familia es necesaria en todo el alumnado, ya que los padres y madres son los primeros agentes educativos de sus hijos e hijas. Es necesaria esta colaboración para mejorar la inclusión y el aprendizaje de los alumnos/as con discapacidad intelectual.
Para que todo esto sea posible, la escuela debe, ofrecer una información clara y exhaustiva, contar con un servicio de atención a las familias, posibilitar la orientación y el asesoramiento en cuestiones que sean de interés para el niño o niña y para la familia, facilitar la participación del niño/a con discapacidad, y ofrecer espacios de formación e información estables.
También es importante tratar de integrar de forma efectiva en la escuela y en casa las técnicas y procedimientos de enseñanza-aprendizaje que se han mostrado especialmente eficaces:
-          Las técnicas de modificación de conducta.
-          El principio de redundancia.
-          La presentación simple y muy estructura de los estímulos.
-          El refuerzo sistemático de las habilidades básicas.
-          La práctica reiterada con un grado de autonomía creciente.


8.CRITERIOS METODOLÓGICOS.
Ø  Se debe favorecer un aprendizaje basado en la experiencia. Resulta más fácil progresar de lo concreto hacia lo general y abstracto, que lo contrario.
Ø  Planificar expresamente actividades para la generalización de los aprendizajes.
Ø  Se deben adecuar las actividades al nivel de competencia inicial del alumno, lo que podrá conseguirse según el tipo de aprendizaje secuenciando los objetivos y contenidos en pasos más pequeños, modificando ciertas características de las tareas o prestando un nivel de ayuda más elevado al alumno.
Ø  Debemos ayudar a los niños y niñas a centrar su atención en lo que están haciendo.
Ø  Se deben adoptar estrategias de comunicación total, y asegurar una comunicación efectiva en la interacción didáctica con el alumno.
Ø  Debemos y tenemos que creer y confiar en las capacidades de los niños y niñas con discapacidad intelectual.
Ø  Reforzar positivamente tanto el esfuerzo como los logros parciales o intermedios para su realización.
Ø  Es necesario despertar el interés, la motivación y la curiosidad del niño/a.
Ø  Tener en cuenta que este tipo de alumnado requiere más tiempo para la realización de una misma tarea o un mismo aprendizaje.
Ø  Comenzar con actividades muy dirigidas, que deberán ir realizándose gradualmente de forma más autónoma y con menos ayudas. 
Ø  Además, los servicios educativos que se le deben prestar al alumnado con discapacidad intelectual son: maestro/a de audición y lenguaje, maestro/a de pedagogía terapéutica, tutor/a, orientadores/as, monitores y educadores especializados, y maestros/as de áreas. 

Enlaces de interés:
-          http://www.feddi.org/
Esta dirección es la página web de la federación española de deportes para personas con discapacidad intelectual. Esta federación tiene como objetivo promover y desarrollar el deporte para personas con discapacidad intelectual en España, ofreciendo opciones y oportunidades para que cada persona pueda incorporarse a la sociedad de forma activa.
Esta dirección nos lleva a un vídeo, que en realidad es un cómic. Este cómic, es el primero que se realiza sobre niños/as con Síndrome de Down, y se nos explica algunas características y actitudes que podemos encontrar en este tipo de niños y niñas.
Esta dirección nos aporta algunos juegos adaptados para alumnos/as con discapacidad intelectual.





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